domingo, 28 de octubre de 2012

Motionless

Delante de la pantalla, mirando cómo, después de mis preguntas, ninguna línea de texto emergía. Y, con los ojos muy abiertos, y dejando de fijarme en nada, encogido con la taza caliente entre mis manos, mordiendo la bolsita de té y absorbiendo su líquido, pensando en que era posible que no contestara nunca. Dándome cuenta de que esos pensamientos no eran normales. Que las personas no tenían por qué pensar espontáneamente en tomar una caja entera de somníferos y una botella de alcohol. Que debía dejarme de proyecciones.

http://www.youtube.com/watch?v=WyjloDpb1gs

jueves, 18 de octubre de 2012

Parálisis

Miré el cuerpo del esquizofrénico. Un nudo atenazó mi garganta.
El agua resbalaba por sus músculos desnudos. Una amplia gama de brillantes y volubles colores que cambiaban con el reflejo de la luz sobre ellas. Corrían, arriesgadas y suicidas sobre la piel blanca del atractivo demente. 
Un picor inexistente hizo que las venas, espesas, sobresalientes, se movieran, provocadoras, mientras rozaba la zona absurda afectada.
Acaricié el cuerpo del esquizofrénico. Miré en sus ojos enfermos, dos pozos azules con chispas de color carmesí y negro, que ahondaban en lo más profundo de un cerebro defectuoso por una excesiva rapidez en el pensamiento y la forma de la realidad.
Él sonreía.
Arañé y mordí el cuerpo del esquizofrénico. Desgarré el cuerpo del esquizofrénico, después de saciarme con su tacto y su vista. Abrí en canal el cuerpo del esquizofrénico.
Busqué la enfermedad, pero no la encontré.
Mecí entre mis ensangrentados brazos su rostro mudo y rojo, arrancando su cabello rubio como oro precioso que se deshacía entre mis dedos, contemplé los huecos negros, vacíos, de las cuencas de los antiguos zafiros azules. Mientras alzaba el rostro al cielo y lloraba, gritaba por lo que podría haber sido y no fue, por lo que no podía encontrar ni poseer, por lo que consideraba podrido y muerto por el tiempo, por lo que me hacía miserable, loca y apasionada. 

De súbito dejé de balbucir inconexas palabras de neurosis, y lamiendo con deseo trastornado su faz descompuesta, desde la barbilla hasta el pómulo, con una sonrisa incalificable susurré a su oído muerto que le quería, aún con el repugnante sabor de la sangre apresando mi lengua.

Si aún fuera dependiente de ti, si aún no se hubiera podrido, si aún no lo hubieras destruido todo, el dolor me mataría.


Grim

miércoles, 10 de octubre de 2012

Ya no

Es una mala fecha. Me recuerda mucho a la muerte, a la estupidez, a mi propia decadencia y corrupción. Me recuerda que soy idiota, y que la pureza y luminosidad que un día tuve se está acabando, y ya casi no queda.
Estoy seguro que en un momento de mi vida tuve ese toque de verdad que, en cierto modo, rozaba el adjetivo "especial", ese que tanto empleo. No recuerdo que nadie me lo dijera nunca, ni especialmente que alguien me lo mostrara. Pero al rememorar mi cabecita de hace años, me echo de menos, y pienso que yo debía ser escrito.
Pienso en esos 38, por poner un número, y me entran ganas de reír, sardónico. No he hecho nada, solo echar en falta todo, en especial lo que era imposible. Pienso en nuestras diferencias, en que un día pude sentir lástima de todo lo que era, y darme cuenta de que yo era mejor, en el sentido más ambiguo que pueda existir para esa palabra. Y, ahora, sencillamente, diferentes, sin recordar nada. En realidad esto es simplemente una zona arrugada en la línea que es mi vida, sin un significado, ni una personificación. Algo sin derrumbó, sin sentido alguno; sencillamente yo lo dejé derrumbarse. Y ahí se han quedado los escombros, sin más; y ahí estoy yo.
Y hoy, por poner un ejemplo, tengo más ganas de sentirme solo.

http://www.youtube.com/watch?v=izqSWCh5DKY

Y pensar que aún me queda por escribir...