domingo, 18 de noviembre de 2012

No es una cuestión de Espíritu

Porque solamente puedo decirlo ahora. Porque en cuanto este momento termine, nos odiaremos el uno al otro. En cuanto nos encontremos jadeantes y sudorosos, tirados en el suelo del lavabo después de corrernos, no querremos ni mirarnos. Si cualquiera de ambos rememora lo que acaba de ocurrir unos minutos antes, sentiría ganas de vomitar. 
Mientras fumamos, yo me preguntaré qué coño está pasando con mi vida. No sabré si huir o quedarme. Y nunca es suficiente, la ansiedad y la culpabilidad son demasiado inmensas. 
Ninguno habla, todo está más que claro. En ese momento, la única persona en el mundo a la que odiamos más que al otro, es a nosotros mismos. Ese es el único instante en el que de verdad nos sentimos humanos. 
Y yo no me siento sola. 
Un rato después, tú continúas expirando humo, y yo te miro. Y seguidamente, me preguntas: "¿Más?

http://www.youtube.com/watch?v=Ebh21wC2inU


Grim

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