jueves, 24 de junio de 2010

Fallo, nieve y algo que se retuerce en el suelo.

Y ahora nieva. Sólo nieva. Y ante mi desgracia no puedo parar de reír, casi quiero gritar de alegría. Una paradoja afortunada que envuelve mi vida y me sugiere que termine ya con todo. El suelo cada vez resulta más acogedor y yo, tumbado en él, sigo girando de un lado a otro, estirándome, encogiéndome, carcajeando y derramando lágrimas. Ni siquiera puedo abrir los ojos, ¿no es maravilloso? Lo que mi fallido cerebro es capaz de hacer: convertir el dolor, la pena y la tragedia en risa y llanto. ¡Es fantástico, maravilloso! La blanca nieve continúa intentando envolverme por completo, colándose en mi sonrisa y calando mi ropa. Entonces empiezo a gritar. Son gritos de júbilo que contrastan con mi demacrada faz. Me retuerzo, me contorsiono, busco hacerme daño con mis movimientos. Crearon una mala persona, un defecto del mundo, y aquí lo ven: un patético chico que llora y ríe a la vez, que sufre y disfruta al mismo tiempo. Un deshecho que nadie quiere, que es sólo basura. Que es sólo basura y que lo sabe. Que lo sabe y lo ha aceptado.

Song: Red Hot Chili Peppers - Snow

"... la tentación es demasiado grande, la tentación es demasiado grande, la tentación es demasiado grande, la tentación es demasiado grande..." - se repetía mientras seguía lanzando sus lágrimas a cincuenta metros en el vacío.

Como lord Henry Wotton dijo a Dorian Gray: "La tentación sólo puede desaparecer sucumbiendo a ella."

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