miércoles, 14 de julio de 2010

Juntos

Cada gota que caía en su piel provocaba el mismo efecto que el ácido al derramarse sobre el plástico. Gemía y se retorcía en el suelo escarchado por la nieve.Sentía cómo el frío atravesaba sus huesos, cómo el dolor se convertía en negras cuerdas y se ataban en torno a su corazón, presionándolo.

A medida que era devorado se iba preguntado distintos aspectos sobre los hechos acontecidos. Sobre si realmente alguna vez había hecho algo útil y sobre qué impedía que la madera podrida de los bancos de su alrededor astillara sus muñecas.Se preguntaba si realmente se había equivocado, si todo lo que había hecho, creyendo hacerlo para bien, lo había hecho mal; si el aliviante que pretendía ser se hubía transformado en una dura lanza mellada que la clavaba con saña, creyendo calmar heridas, y aquello era su castigo.
Comenzó a ver sombras luminosas brotando de lo que él conseguía reconocer como su propio pecho. Aquellos seres deíficos y puros retenidos en lo más profundo de su alma comenzaron a retroceder, modificando así la salida del cuerpo y en su lugar realizando un rápido aproximamiento hacia él, acercando sus estilizadas manos hacia su rostro, rodeando su cuerpo y susurrando palabras solo entendibles por su alma. Sus pensamientos viajaron hacia ella. Quería levantarse y correr, aún estaría viva.

Abrió los ojos, elevando sus finos párpados, y elevó la mirada azul. Nieve. Sólo nieve. Todo lo que era capaz de ver estaba blanco. El pánico se apoderó de él en una explosión de aullidos y gritos infernales. El parque se tornaba oscuro, tétrico y sin vida. No debía estar así. No, faltaba algo. Allí donde sólo podía ver copos cayendo y aire tenía que haber algo más, y esa falta le aterraba. No recordaba dónde vió por última vez el colgante. Sus extremidades eran lentas y frenaban a su mente, pero aún así, estiró su brazo y metió la mano en el bolsillo de su pantalon.

Esperaba encontrarlo allí o, en su defecto, descubrir que el bolsillo estaba vacío. Lo que no esperaba era encontrarse otra cosa. No esperaba encontrar aquella media luna curvada de metal. Era increíblemente hermosa...pero el rubí de su mitad, provocaba algo así como un mal augurio dentro de él. Sus finos dedos tocaron la helada superficie. Casi parecía hielo. Recorrió toda su estructura, desde sus dos puntas hasta que sus yemas acabaron justo a los lados del rubí, como queriendo arrancarlo. El pánico que había sentido instantes antes prácticamente había desaparecido. Quizás algo tan hermoso no tendría por qué causarle problemas, no más de los que había tenido...Se preguntó sobre su procedencia y comenzó a recordar y repasar todos los sitios posibles en los cuales hubiese podido acabar, por error o no, en su bolsillo. Ninguna explicación lógica vino a su cabeza. Aquel objeto había aparecido en su bolsillo en sustitución del colgante que buscaba. No era capaz de entenderlo. ¿Realmente creía en las materializaciones desde otros planos? Bueno, puede que algo tan disparatado no fuese como tal. Al fin y al cabo, ahí estaba. Los hechos nunca mienten.
Sus manos seguían en la misma posición, rodeando con los dedos la piedra roja. Se veía reflejado en ella, casi como si estuviese dentro, en llamas. Su pulgar pasó por su lisa superficie y la apretó con la uña.


El suelo comenzó a temblar, intentando expulsarle de su propia superficie. Los árboles, ya secos se hundieron en el suelo...ahora la oscuridad estaba iluminada por diversas luces rojas procedentes de los ojos de los seres infernales que él mismo había despertado. Ellos. Sí, al fin habían venido. Sus cristalinos ojos se abrieron más que nunca y sus pupilas se contrajeron hasta alcanzar el diámetro de un alfiler. Su corazón comenzó a latir fuertemente, librándose de las negras ataduras del dolor. Parecía que buscaba una salida, que quería escapar de aquella oscura y estrecha caja torácica que le llevaría hasta la muerte. El aliento huyó de su boca y la sangre comenzó a hervir en sus mejillas. El pelo le impedía ver, así que estiró la mano y se apartó el pelo rápida y bruscamente. Siempre pensó que algún día le causaría problemas. De pronto, el temblor del suelo comenzó a abrir grietas en el suelo blanco de su alrededor. Un grito ahogado se unió al crujir de la tierra y la nieve.

Exhausto, corrió lo más rápido que pudo. Era increíble, parecía morir pero de pronto una fuerza terrible le impulsó a huir de todo aquello. Se sintió sobrehumano, y en medio de todo ese mar de dolor, miedo, pánico e incertidubre se formó una barca llena de fuerza y control, pequeñísima, pero más fuerte que ninguna. Corrió, huyendo de no sabía qué, yendo a no sabía dónde, sintiéndose más rápido que nunca. Aún así, todo era demasiado increíble para ser real: tropezó. Y allí estaba, en medio de un charco de barro. No, no había tiempo. Volvió a levantarse y de nuevo recuperó su valor. Ya no corría, todo estaba como debía estar.

Cerró los ojos y contrajo los músculos de sus brazos y sus piernas. Se quedó quieto, sabiendo, no sabía cómo, que eso era lo que tenía que hacer. El temblor se acercó, se acentuó; el ruido se hizo cada vez más grande, llegando a ser ensordecedor; las grietas llegaron a donde se encontraba, y unos negros láticos se fueron cerniendo en torno a él, adhiriéndose a su piel como pegamento, agarrándose a su ropa como garfios. Se quitó la camiseta en un intento inútil de aplacar las heridas y el dolor que le acosaban pero una vez más ya era tarde, las heridas brotaban en su pecho. La sangre se hacía notar, estaba caliente pero a medida que resbalaba por su cuerpo se iba helando provocándole una sensación extraña...en cierto modo le gustaba. Extendió los brazos, buscando agarrarse a algo, sin haber nada. Los látigos seguían arrancandole la piel cuando trataba de quitárselos, abriéndole heridas, y tratando de engullirlo. Aunque trataba de huír, una sensación le decía que no pasaría nada si no hacía esfuerzo. ¿Qué habría tras las tinieblas entre la tierra?

Bueno, amigos, curioso, ¿no? Supongo que leer esto os habrá resultado algo extraño y puede que confuso. Pues ahora es cuando explico cómo ha surgido esto.

Esto ha surgido de la unión de dos personitas interesantes. Bea, una fantástica minidiosa terrenal, y yo, el blogger :3 La cuestión es que este ejercicio, práctica, cración, la hemos hecho entre los dos, intercalando sus pasajes y mis pasajes. El resultado puede ser algo extraño, pero, a mi parecer, es muy bonito ver cómo una colaboración puede crear algo como esto. Puede que en un futuro lo pulamos y tallemos para conseguir algo precioso y reluciente. Esto es el texto en bruto. Espero que os guste la idea y, por supuesto, el texto.

2 comentarios:

  1. (Tomaaaa, consegui que actualizases xD)
    Si que mola! :D:D
    Hay partes que pierden un poco el sentido, pero al final es muy chachoso!
    Felicitaciones a ambos dos :D

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  2. Si! :D jujuju xD
    Sepo seposo, pero lo que me encanta es que ha sido algo conjunto :3 Además, esto en un futuro se puede pulir y hacer lo que se quiera con él, pero me gusta ver cómo sale algo, lo que sea, porque derrepente alguien dijo "Oye, ¿escribimos algo conjuntamente? Así, a boleo." Y el otro respondió "sí" :D Y mola ^^
    Gracias, me alegro de que te gustase :3

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